Caídas, golpes, intoxicaciones, etc... De los errores (en algunos casos desgracias) aprendemos. La verdad es que algunos les cuesta más trabajo que a otros, incluso hay quienes nunca aprenden (como es el caso de cierta amiga que sigue empeñada con un wey que la verdad no vale la pena, pero esa es harina de otro costal.).
Como les había comentado anteriormente, participo en el programa deportivo En la Red que se transmite por el canal de la UAD. Hace poco fuimos a cubrir el partido del equipo de los Centauros del Deportivo Nueva Vizcaya, debo decirles que ahí tratan a la prensa como reyes, es un club donde comprenden la magnitud y los beneficios de tener una buena relación con los medios de comunicación y la verdad es que los medios se expresan a las mil maravillas del trato. Muy bien por los directivos y las personas que pertenecen al club.
Eran las 5:15 cuando llegamos al partido (se nos hizo tarde 15 minutos por esperar a Chew, él cual nunca se apareció). Al llegar, el personal de ahí no se tardo 15 segundos en ofrecernos alguna bebida, nosotros como buenos profesionales tomamos un refresco (jajajajajajaja ni yo me la creo. No, ya en serio si tome refresco. La verdad tenia miedo de hacer un mal trabajo en la cámara, pero de saber la catástrofe que se vendría me hubiera tomado un cartón yo solo.)
Ya con nuestros “refrescos” en mano nos dispusimos a sentarnos en el lugar reservado para la prensa. Ahí se encontraban varios compañeros de profesión (prefiero usar ese termino, ya que el de colegas del gremio me trae a la mente a la maestra que hace que este blog sea posible). Entre los presentes se encontraban los de Radiorama, El Siglo de Durango, los de Contexto y los de Canal 10, entre otros. Como no quería verme mal, le dije a Cacho (mi compañero de programa y líder de éste) que me explicara que tenia que hacer. Ya me dijo que hiciera unos paneos y algunas tomas al público, etc...
La verdad me sentía muy bien y me dije: “¡Que buena oportunidad! Es hora de demostrar que soy capaz de manejar esto.” Me dieron mi casaca para poder entrar a la orilla del campo y así realizar mejores tomas. Ya cuando estaba dentro del campo me puse la cámara al hombro y empecé lo que sería el mayor desastre camarógrafo que haya visto.
Empecé con unos paneos, unos cuantos acercamientos al rostro de los jugadores y unos a la afición (que por cierto es muy prendida) y así completé los primeros 10 minutos de tomas. Ya bien seguro del trabajo que había hecho me fui a sentar y ahí se dieron distintas platicas con los otros compañeros que se encontraban. Lo que más se platicaba era el viaje a León, el cual se había dando porque el equipo de los Alacranes de Durango llegaron hasta las semifinales enfrentando al equipo de los panzas verdes. Hubo anécdotas muy buenas, la mejor fue que a mis compañeros del programa los dejo el camión y lo tuvieron que alcanzar en la primer caseta de cuota.
Ya al medio tiempo se dio la oportunidad de entrevistar nada más y nada menos que a Jaime Correa, para quienes no lo conocen es el jugador de los Tuzos del Pachuca y para muchos, el mejor jugador que ha dado el estado de Durango. La verdad estaba emocionado, seria la primer entrevista que grabara así que me dispuse hacerlo lo mejor posible, tal vez fue eso lo que me hizo cometer la negligencia que desencadenaría el peor trabajo camarógrafo que haya visto, tal vez también fue la negligencia de mis compañeros en no decirme ni pío en como tenia que hacerlo, lo que sí se es que cometí errores de los cuales aprendí. Pero vamos a detallar todo lo sucedido:
Llegamos con Jaime y le preguntamos si nos concedía una entrevista y él muy amable nos dijo: “Claro, claro”. Ya Cacho se dispuso hacer el conteo regresivo y yo que le doy play hasta cuando ya iba en el uno. Yo, sudando al máximo me dije: “Uff, estuvo cerca” Cacho empieza con un par de preguntas y yo que empiezo con una toma de medio cuerpo de ambos. Para esto, Cacho no me había dicho que las tomas tenían que ser de los hombros al rostro del entrevistado y yo, como buen amigo dije: “Pues que salga el compa Cacho, así con su sudaderilla del Santos”.
Mientras hacíamos esta entrevista comprendí por que la cámara debe tomar únicamente el rostro del entrevistado. Mientras Correa hablaba, Cacho creía que yo grababa el rostro de Correa y por ende él comenzó a bostezar. Mientras seguíamos en la entrevista el partido se reanudo, de pronto el equipo de Centauros tuvo una jugada de peligro y la gente hizo el clásico uuuffff, cuando esto sucedió Correa seguía atento contestando la entrevista, pero Cacho puso una cara de ¿Que paso?, ¿Fue o no?, ¡Me lo perdí! En ese momento viene el segundo fallo. Me empieza a dar una comezón horrible en el hombro donde tenia la cámara y yo sin querer me la acomode pero al hacerlo detuve la imagen y solo grababa el sonido. Yo ni me fije y así seguí por casi un minuto hasta que me di cuenta. Después como no queriendo la cosa volví activar la opción de grabar imagen y seguí como si nada grabando.
Ya cuando terminamos la entrevista le agradecimos a Correa y me dice Cacho: “¿Qué, como salió? Porque esta va ser la buena del próximo programa. Yo, con la cara de ¡No inventes! Le digo: “Vientos, quedo genial, que chido que Correa nos dio la entrevista, ¿Verdad?” La verdad es que quería dejar la cámara y salir corriendo hasta mi casa, meterme en mi cama y adoptar la posición fetal con el pulgar en la boca.
Después de ese suceso, seguimos observando el segundo tiempo del juego. Estaba bueno, de ida y vuelta, de hecho, el equipo de Centauro se salvo, ya que al equipo de Colima anotó un gol que le fue invalidado por el juez de línea. Ya se imaginarán todo lo que le dijeron los visitantes, su mamá fue la más recordada y también se hizo alusión a su capacidad arbitral.
Antes que el partido finalizase entré otra vez a grabar las ultimas tomas del encuentro. Se supone tenía que manejar un buen enfoque sin mucho “aire” en la imagen (aire son las cosas que no tienen relevancia en la toma, son los espacios muertos.). Pues con el nerviosismo por lo sucedido en la entrevista de Correa y todo lo que se iba acumulando se me olvido el zoom y muy apenas se alcanzaban a ver los jugadores. El pasto abajo y las gradas arriba ocupaban la mayor parte de la toma. El balón del juego no se alcanzaba a percibir y con esto ligue mi tercer error.
Se termina el juego(gracias a Dios) y Cacho me dice que vamos hacer unas entrevistas a los jugadores y al entrenador. Preparo la cámara y vuelvo a realizar la misma clase de toma, es decir, Cacho y el entrevistado a medio cuerpo, volviendo a cometer el mismo error, claro, yo sin saberlo. Cacho sigue haciendo caras de ¡Ya me quiero ir! ¡Ya casi comienza el del Santos! ¡Tengo ganas de orinar! Etc...
Ya por fin terminamos y nos dirigimos hacia la escuela para dejar el equipo. Cuando llegamos Cacho decide ver el trabajo que realizamos y entonces se viene el cataclismo. De pronto estábamos bromeando y su sonrisa se desdibujó y se convirtió en una cara de ¡No mames! Yo rápido puse mi cara de borrego a medio morir para que el regaño no fuera tan fuerte. De pronto se hizo un silencio en el cuarto de edición. Ese maldito silencio que sientes como loza en la espalda. De pronto Cacho suelta sus primeras palabras: “No te agüites Edi” Yo también me he equivocado. A todos nos paso la primer vez. Tú no te agüites. Pero a la otra, no la cagues, pero, tú no te agüites.”
La verdad es que Cacho se paso de buena gente, otro me hubiera puesto una mega regañada o de plano me hubiera corrido del programa, pero Cacho se porto buena onda. Esa experiencia nunca se me va a olvidar. Ya tenia tiempo sin equivocarme en esa magnitud pero recordé que de los errores, se aprende.
Dearco
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